La decisión del gobierno de la república de liberar el
precio de las gasolinas a partir del primer día del año ha dado pie a toda
clase de manifestaciones, empezando por las de carácter humorístico en redes
sociales, donde, una vez más, se ridiculiza a la persona del presidente de la república
y a su cargo hasta el grado de lograr el aburrimiento de quienes las vemos una
y otra vez, de manera inevitable, en nuestros timelines o “muros” como si de
una maldición se tratara, hasta pasar a las manifestaciones y marchas de la
sociedad civil y ONG’s en las calles, autopistas, plazas y avenidas de varias ciudades
del país y si, por increíble que parezca, hasta de Monterrey.
Estas manifestaciones no carecen del elemento vandálico y
criminal de otras manifestaciones que se han realizado en fechas pasadas y por
diferentes causas, (algunas mejor ni mencionarlas por no herir susceptibilidades
magisteriales) pero entonces, ¿que nos hace pensar a los que no asistimos a las
decenas de convocatorias con las que somos bombardeados, que estas pueden ser
diferentes, o al menos lograr algún resultado?
Bueno, para empezar el hecho de que estas manifestaciones están
“relacionadas” a una decisión del gobierno que afecta a todos los ciudadanos
sin importar a que nos dediquemos, el aumento al precio de la gasolina, es un
elemento en el que la coincidencia es mayor, aquí no se trata de si eres huevon
o no y quieres ser mantenido en tu trabajo por muy chambon que resultes al
hacerlo, aquí todos pagamos, con carro o sin carro el alto costo de los
combustibles. Bueno, ya está, eso hace a estas manifestaciones diferentes,
bien, pero ahora, ¿darán algún resultado?
No, estas tampoco van a resultar en lo que la gente que asiste
a ellas de manera espontánea y voluntaria esperan que resulte, y es que simplemente
no están diseñadas para que eso ocurra, salir a la calle a gritarle una mentada
al presidente no va a cambiar a los mexicanos, no va a acabar con las mordidas
que exigen los agentes de tránsito para no levantarte una multa o evitaran que
le ofrezcas dinero al empleado de gobierno para que te “agilice” el trámite que
normalmente te tomaría 30 días. Tampoco va a cambiar al peje y a todo su
séquito por su sed de poder, o al deseo de la ex primera dama de seguir
viviendo como reina del palacio de hierro a costa del erario como lo hizo mientras
su esposo se emborrachaba y medio gobernaba el país. Algo que ni esta marcha ni
las que vengan va a cambiar es a nuestros políticos, sin importar de que
partido sean o se bauticen como independientes.
Estas marchas están diseñadas para el selfie de quienes van
a ellas, para que las redes sociales se nutran de “opiniones” consensuadas de
que el gobierno actual es un asco y que millones de mexicanos piensan igual,
que el PRI sigue siendo un partido de ratas y burros sin experiencia, pero es
solo para beneficio de otro partido, otro político en tiempos electorales, nada
más ni nada menos estas marchas fueron diseñadas para sacar a un contendiente
de la carrera, uno torpe por cierto que no supo actuar en el momento ni de la
forma en que tenía que hacerlo y que solo por eso, se merece que lo saquen de
la carrera.
Si tu estas esperando que en un mes o dos, México tenga un
presidente interino, el peso se recupere frente al dólar, y la gasolina cueste
2 pesos el litro, de una vez te digo, eso no va a ocurrir, lo lamento, pero es
la verdad, este invierno mexicano está muy lejos de ser como la primavera árabe,
lo siento, no tiene lo necesario.