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martes, 31 de julio de 2012

Soñé Con Tortugas


La otra noche soñé con tortugas, cientos de tortugas en una calle que se había convertido en un rio viviente, todas tenían el mismo tamaño, de hecho no pude identificar con mis bastos conocimientos en reptiles,  si se trataba de la misma clase de tortugas pero casi puedo asegurar que si se trataba de una misma raza.
Supongo que ante tal escenario, lo lógico hubiera sido salir huyendo del lugar a toda prisa, sin embargo, yo lo tome como quien esta acostumbrado a esta clase de eventos de la “naturaleza” y recuerdo inclusive detener mi camino para tomar fotos pensando siempre en subirlas a mi perfil de Facebook en la primera oportunidad con la intención de dejar a mas de uno en mis listas de amigos con los ojos cuadrados o muertos de enviada por no haber estado presentes en semejante fenómeno.
Al despertar en la mañana siguiente y como suele ocurrir cuando los sueños se dan en la ultima parte del tiempo en que se permanece dormido, lo recordaba casi todo, por lo que en cuanto termine de preparar los frijoles charros que tan ricos me que quedan, me puse a investigar en internet  cual podría ser el significado de ese extraño sueño y en todos los sitios especializados se repetía la misma interpretación; Éxito en negocio.
Wow, fue mi primera exclamación, por fin podría ver mis sueños realidad, (no de manera literal, ya que eso significaría que de repente aparecieran cientos de tortugas en  la calle) pero si en lo que se refiere a la independencia financiera que un negocio exitoso puede dar, de pronto de la nada y sin decir agua va también vino a mi mente el que no poseo ningún negocio propio y que por lo tanto la condición de “negocio exitoso” no aplicaría para mi caso.
Oh desilusión, de verme de repente encumbrado en lo alto de los listados de la revista Forbes, me vi rápidamente de vuelta en mi condición de asalariado, aun y con toda la buena intención de Rosa al asegurarme que se trataba en mi caso de una premonición de éxito en lo que hago y no necesariamente en un negocio propio, no pude evitar sentirme defraudado por mi inconsciente que por extrañas combinaciones de recuerdos en mi memoria una calurosa noche de verano me hizo ver tortugas.