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sábado, 19 de junio de 2021

"Juneteenth" El fin de la esclavitud pasó por Texas.


Hoy amanecemos con la noticia de que esta semana el presidente Biden crea un día feriado más en el calendario para los gringos, a partir de hoy se conmemora en todo Estados Unidos, (pues en Galveston ya lo es legalmente desde 1980) un día feriado, el que los estadounidenses llaman el “juneteenth” que en el papel se trata del anuncio (que no) el fin de la esclavitud en los estados unidos, pues dos años y medio atrás habría entrado en vigor la abolición de la esclavitud proclamada por Lincoln en el año de 1862.

Este anuncio lo hace el general de los estados unidos Gordon Granger un día como hoy en el año de 1865 y escoge para hacerlo la ciudad de Galveston en el estado de Texas.

El estado de Galveston se funda en el año de 1816 por el pirata francés Louis-Michel Aury con la idea de ayudar a México durante su guerra de independencia de España y se establece como El puerto de Galveston en el año de 1825 por el congreso del recién independizado México, paradójicamente sirve como principal puerto para los independentistas Texanos durante su revolución y pasaría a ser la capital del gobierno de la independiente republica de Texas.

La republica de Texas se une a los estados unidos en 1845 solo un año después de la última intentona mexicana para recuperarla dirigida por el gobierno de Anastasio Bustamante.

La lejanía del estado Texano a la capital estadounidense y el poco impacto de la proclamación por el reducido número de tropas de la unión presentes en ese estado fue lo que provoco que tuviera que viajar el General Granger acompañado de dos mil soldados de las fuerzas federales.

Hoy la historia nos recuerda una vez más un evento que ocurrió en lo que fue territorio mexicano, vale la pena que nosotros y nuestros hijos lo recordemos, pues en la medida en que tengamos presente la historia será la forma en que evitemos que se repita. 

Imagen: Osterman Building – Left Foreground, Picturesque Galveston, 1900, Galveston Historical Foundation

lunes, 17 de mayo de 2021

No te manches Israel

 


Lo que pasa en el territorio palestino específicamente en el espacio conocido como la “franja de Gaza” es un tema difícil de abordar y con muchas aristas, aun y cuando no queramos tomar partido. Sin embargo, no se entiende que las naciones más poderosas del mundo permanezcan sin condenar la muerte de ya, cientos de civiles, incluidos niños, bajo los muy poco “precisos” misiles disparados desde el lado israelí de la franja. Mientras el resto de los países solo articulan un penoso (por insignificante) “No sean manchados” a los israelíes.

No hay tampoco algún pronunciamiento por parte de las máximas autoridades de la iglesia católica (el Papa Francisco) o de alguna de las monarquías sobrevivientes.

Para los palestinos civiles que no tienen nada que ver con Hamas, los israelíes y más concretamente el ejército israelí, son los verdaderos terroristas.

¿No te parece este un correcto adjetivo? ¿Cómo llamaríamos a quien destruye con saña y potente   artillería casas, escuelas y hospitales en los que únicamente “se esconden” Hombres, mujeres y niños que nunca han blandido un arma?

Y el policía del mundo ¿Adónde esta?

Israel considera legítimo su derecho a la defensa contra el ataque palestino (que más bien se trata de un grupo de reaccionarios llamados Hamas) y no le falta razón, pero en estos tiempos en los que la tecnología le permite a ese mismo pueblo crear un “Domo de hierro”, que no le permita crear un “Ojo de Halcón” o algo parecido en busca de atacar con precisión quirúrgica los escondites del Hamas, es por decir lo menos, increíble. Se trata más de algo caprichoso y mal intencionado que algo fuera de posibilidad.

Por otra parte, pienso que deberíamos ser más los pobladores de esta tierra los que exijamos el final de la carnicería en contra de palestina, pero desafortunadamente nadie sube a Facebook su foto con un moño negro en solidaridad con palestina, y es que seamos sinceros, no es “nice”.


Imagen: dw.com

martes, 6 de abril de 2021

Cuando seamos libres

Paso la semana santa, y este año paso sin pena ni gloria para mí y muchas personas que conozco, creo, en base a lo que vi en las ya súper saturadas redes sociales, que puedo afirmar con cierto orgullo, que no cuento entre mis amistades (entendiendo que a nivel redes sociales este término engloba, familia –Cercana y lejana-, viejas amistades, conocidos y colados) con esa clase de irresponsables que se vieron abarrotando las playas mexicanas y los aeropuertos de todos los destinos playeros del país.

 Y bueno, tampoco es que me importe mucho, si para mi cualquiera puede hacer de su vida un papalote, aunque después cuando me entere de que tal o cual regreso de Acapulco con COVID y tenga que poner cara de sorpresa y decir ¡“Psss, no mames, que mal pedo!” en realidad, de algunos quizá al mismo tiempo que lo estoy diciendo pueda pensar; “Ándele, por pendejo”.

Y es que, a mí, que salgo a trabajar todos los días y estoy en contacto con todo tipo de personas completamente desconocidas y con quien sabe que costumbres e ideas de la “sana distancia” e “higiene pandémica “tengan, me cuesta trabajo pensar en salir de paseo o cuando mucho al súper por miedo a pescar el maldito bicho, para luego ver a todos esos irresponsables asoleando las lonjas en la playa, casi unos encima de otros me parece algo fuera de toda lógica y pienso, “No, mis amigos no harían eso”. ¿Mis amigos?, ¿cuáles? ¿Los que quiero con el corazón, pero no veo en años? ¿Los del trabajo? Esos de “si, a ver si luego nos echamos una chela” y ese luego, para bien o para mal no llega (tampoco que yo haga mucho por que llegue) ¿Los que me encuentro en redes sociales y comparto un like por aquí y otro por allá? ¿Los que están cerca, pero al mismo tiempo lejos por “cuestiones de la pandemia”?

No, no hay respuesta fácil a la pregunta, no se a estas alturas si alguno de esos amigos lo haría, la pandemia nos ha cambiado, o posiblemente solo me ha cambiado a mí y la forma en que los veo, la forma en que los siento, a lo mejor le doy demasiada importancia al tema de la sana distancia, a lo mejor tiene que ver con seguir las reglas, las que nos han “impuesto” para seguir vivos.

Aun así, no deja de darme vueltas en la cabeza el tema del sentimiento hacia los amigos, hace un año y pelos siento que me importaba más, el golpe que significo dejar de verlos, de abrazarlos, de besarlos fue muy fuerte, aunque al principio, como casi todos pensé que solo era un ratito “Ya, un par de meses cuando mucho y nos vemos a cenar”, después se vino otro par de meses y luego le siguió otro par más. Para entonces, tenía claro que las cosas ya no eran como antes.

Hoy, antes de la tan aterradora “tercera ola” (no se a ustedes, pero para mí, este es título de una peli de ciencia ficción) las cosas parecen estar tomando una media normalidad, eso sí, solo en lo que a restricciones se refiere, no así, al sentimiento. A mí, como que me está gustando esto de no salir, ya no siento la imperiosa necesidad de reunirme con alguien como lo sentía cuando recién empezaba esto y pienso en lo que hare cuando seamos libres, seguramente si me reuniré con los amigos, los de siempre, porque al final, algo que si aprendí en la pandemia es que no necesito hacer nuevos amigos para pasar el tiempo.

 

 

miércoles, 31 de marzo de 2021

La evolucion que nos falta

 

Esta misma semana tuve un infortunado encuentro con quien sabe quien pero aparentemente “importante” en la ciudad y no es que haya hablado con el/ella en algún momento, vamos, ni siquiera lo/la vi, pero resulta que al ir conduciendo mi carro por las calles del centro de esta ciudad me vi obligado a frenar de manera súbita ante lo que en principio me pareció una más de las infaltables fallas de conductores que ignorando las señales de alto en las esquinas, (esas que definen las preferencias de circulación, y que son elementos sin duda básicos e indispensables para el sano tránsito de vehículos en cualquier ciudad del mundo) ponen en resiego a los demás conductores, incluidos desafortunadamente quienes si respetamos esas señales.

Para mi sorpresa, una vez que avanzó sin frenar la camioneta en que viajaba esa “celebridad”, le siguieron también cuatro automóviles más de las mismas dimensiones que la primera, camionetones robustos y con vidrios polarizados, todas en blanco a excepción de la primera que era de un color Gris platinado. iban a toda marcha y sin mediar un espacio mayor a un metro entre camioneta y camioneta, no quedándome otra más que esperar a que terminara la procesión, para poder continuar mi camino.

Al dar la vuelta justo en la calle por la que paso el convoy, me doy cuenta que las camionetas habían disminuido su velocidad, para justo en la esquina siguiente al final de esa calle detenerse, obviamente sin orillarse y ocupando toda la calle, obligándome una vez más a detenerme y presenciar el despliegue de no menos de 10 tipos que salieron de las cuatro camionetas que seguían a la camioneta gris, de la cual descendió justo en la puerta de una agencia de velación una persona que de inmediato ingresó al local seguido de otros tres hombres que supongo eran guardias que viajaban con el/ella.

Todo esto transcurrió en una calle que se encontraba repleta de automóviles estacionados en ambos lados por lo que obviamente no había lugar para que los guardias o como mejor se les conoce, los guaruras, pudieran estacionar las camionetas por lo que nuevamente tuve que esperar junto con 4 o 5 autos más atrás de mi a que se les antojara moverse para liberar el paso de autos por esa calle.

La experiencia no pasa de ser una más de las muchas razones por las que se pueden prolongar los traslados de un lugar a otro en esta o cualquier ciudad del mundo, lo que no puedo dejar pasar es el que el respeto a las leyes de tránsito, las normas cívicas de convivencia mínimas entre personas no existan para ciertos individuos independientemente de su puesto si se trata de servidores públicos o de sus fortunas, si se trata de empresarios. ¿Cuándo pasaremos de ser una sociedad en la que a algunos se les permite todo mientras el resto nos debemos aguantar y padecer esa permisibilidad? Vivimos en un mundo donde “evolucionamos” a veces sin haber sido tomada en cuenta nuestra opinión, sin que se nos pregunte, a la inclusión, a aceptar que, por género, raza, o físico no hay diferencias. Entonces ¿Qué pasa?  Porque siguen pasando esta clase de abusos y nadie hace o dice nada para cambiarlos.

Entiendo el tema de la inseguridad y que haya personas tan “importantes” que no puedan salir a la calle sin una comitiva de 20 tipos armados hasta los dientes, ¿pero es esa seguridad motivo suficiente para disponer del tiempo y el espacio de otras personas?

Ojalá, que lo que siga en la agenda evolutiva sea la empatía, de otra forma, seremos muy modernos en lo que menos importa, pero seguiremos en la edad de piedra como sociedad.

miércoles, 24 de marzo de 2021

Campañas politicas y lo que nos espera

 A penas inician las campañas políticas en el país y estamos ante lo que podría ser una de las peores épocas electorales en términos de calidad que se han visto en la historia democrática del país (no es poca cosa, para dimensionarlo habría que hacer memoria de la porquería que fueron las campañas del 2018) para muestra, lo que está ocurriendo en el estado de Nuevo león.

El diccionario de la lengua española de la RAE registra la palabra “Grilla” como “1. expr... para expresar incredulidad ante lo dicho por otra persona.” Resulta interesante que, para el caso de Nuevo Leon desde el primer minuto de iniciadas las campañas todos, políticos, medios y sociedad vivimos en una “grilla” ante todo lo que los actores políticos repiten en cada una de sus discursos y que no pareciera tener fin y que, si me apuran, podríamos empezar a contabilizar desde mucho antes de que iniciaran las campañas y que justamente se dio como consecuencia de la otra acepción de la palabra “Grilla, llo. 1. m. y f. Insecto ortóptero saltadorde unos tres centímetros de largocolor negro rojizocon una mancha amarilla en el arranque de las alascabeza redonda y ojos muy prominentescuyo macho sacude y roza con tal fuerza los élitrosque produce un sonido agudo y monótono.” Cuando vimos a todos los políticos brincar desde sus posiciones a la casa de un hueso más atractivo o por lo menos algo que pudiera mantenerlos viviendo del erario por al menos cuatro años más.

Chapulines, les dicen por estos lados, y nada les vendría mejor como descripción a estos individuos que fuera de control, justo como ahora se encuentran, se han vuelto una peste, imposible de exterminar, somos los ciudadanos como Ramsés el faraón egipcio que según la biblia, decidió enfrentar a Moisés antes de permitir que se llevara a los esclavos que le construían su imperio y  solo nos queda observar las plagas y conformarnos con lo que podemos decir, algo así como “So let it be written, so let it be done” que en simple y llano español se podría resumir en “Ya se escribió, ya te chingaste”

 Y es que vemos ya la ciudad inundada con su propaganda política, fotos y más fotos de las mismas caras que vimos tiempo atrás con otros colores de fondo pero que ahora como entonces no traen nada nuevo que ofrecer, escuchamos sus promesas vacías y huecas, tan, tan, tan, como campanas, y eso si es que prometen, ahora han convertido sus templetes en pulpitos desde donde lanzan acusaciones y presentan “pruebas” no de lo que dejaron de hacer y prometieron antes, sino de lo que si hicieron pero que los calificaría en cualquier otra parte del mundo para una sentencia en cualquier prisión de máxima seguridad por no menos de 10 años.

¿Dónde puede el electorado aferrarse para no volver a caer en el precipicio por otros cuatro años más de incapacidad, si lo que hay para aferrarse esta más liso que el vidrio y más resbaloso que el hielo?

Y esto, apenas comienza.