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sábado, 8 de agosto de 2020

La ley no es contra Sabritas, es a favor de los niños.

 La virulenta respuesta de los productores de comida chatarra (esta, duela a quien le duela es su descripción mas aproximada) a la ley aprobada por el congreso de Oaxaca en la que se prohíbe la venta de dichos productos a menores de edad era de esperarse, pues estos "empresarios" no verán los millones que veían como producto de sus ventas al perder a sus principales consumidores directos.

Marcas como Barcel, Sabritas, Marinela y Bimbo así como una decena de organismos empresariales rápidamente emitieron declaraciones en las que se podían leer advertencias de un caos de proporciones bíblicas en la economía de ese estado si no se revertía la prohibición. A esa población siempre golpeada por los malos políticos y políticas, se les vendría un monstruo, algo así como el Doomsday de las botanas.

El resultado económico pero sobre todo de salud de esa medida, , si prevalece, no lo veremos al corto plazo, sin embargo estados como Tabasco y la mismísima CDMX están considerando aplicar medidas similares, por algo sera. Y es que es mas alto el costo en materia de salud publica que representan todos los padecimientos de salud que como consecuencia del sobre peso y la mala alimentación tienen los habitantes de esas ciudades que todo lo que pueda generar una contracción de las compañías botaneras.

Con todo, no falta el ciudadano que se muestra ofendido pues de repente le preocupa  su libertad de elección y alimentados por los adversarios políticos de los impulsores de esas iniciativas, imaginan a un gobierno tiránico que los estará alimentando exclusivamente con Soylent Green (Si, eres demasiado joven y no sabes de que estoy hablando, tienes que ver "cuando el destino nos alcance")

A ellos, los ciudadanos preocupados por el "ahora que comerán mis hijos" les digo, siempre es bueno tener la confianza del control de lo que un niño puede ver, oír, beber y ahora comer. Quien como padre responsable puede darse el lujo de ignorar lo que su propio hijo mete a su cuerpo. Apelando al sentido común, diría que ninguno de nosotros (padres de un niño) esta a favor de que le puedan vender una caguama y sus marlboro en la tiendita de la esquina (o en el oxxo, que es probablemente lo que mas tenga a la mano) a nuestros hijos y si así, aun con eso, sigues defendiendo a las grandes compañías chatarreras, no estas en el partido político contrario, estas en el lado contrario a la evolución de nuestra sociedad.