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viernes, 29 de agosto de 2014

Monterrey y su culto a la personalidad, ó Av. Don Lorenzo Zambrano

Puede que sea el calor que ya para estas fechas nos prometen las chicas boludas del clima se estará quitando más o menos por ahí de octubre, será la falta de imaginación o si me apuran hasta la falta de ganas, pero que mala manía tienen aquí en Regioland de llevar el culto a la personalidad hasta los extremos más aberrantes, esos en los que las calles se vuelven pocas por la cantidad de “grandes hombres” con también grandes nombres que mueren, murieron y morirán y que nuestras brillantes autoridades consideran hace falta que se perpetúen en la memoria colectiva otorgando a las calles sus nombres, como si el tener que entrar a trabajar todas las mañanas y ver sus fotografías en cada muro de las oficinas de la ciudad con grandes letreros en bronce avejentado que dicen cosas así como “Ing. Don Lorenzo Zambrano” no fueran suficientes para recordarlos.
Me imagino al funcionario del gobierno del estado de Nuevo león en turno sentado en su escritorio ocupadísimo en mantener el ritmo de la pelotita y mejorar su tiempo en la matatena, que de repente sobresaltado se levanta como impulsado por un resorte de su silla ejecutiva tapizada en finísima vini piel negra y diciendo para sus adentros, -¡pero en que demonios he estado pensando, si no tiene mucho que murió Don Lorenzo! - y al mismo tiempo toma el teléfono para comunicarse con su secretaria para decirle -Lupita, convoque a conferencia de prensa con los medios, hoy daré a conocer una noticia que alegrara a todo el pueblo de Nuevo león.
Lupita, obviamente ni se imagina de lo que se trata pero desde ya se muestra nerviosa y emocionada, como cuando sabes que ya es temporada navideña y al fin te van a regalar eso que desde enero estabas juntando dinero para comprarlo.
Por ahí no falta el astuto periodista que presume a sus compañeros en la sala de prensa del palacio de gobierno que el ya conoce la noticia por la cual fueron convocados, que su fuente nunca falla y que por lo tanto solo asistió a la convocatoria para ver los rostros de los demás reporteros al momento de escucharla, eso dice, -no tiene precio.
Por fin hace su aparición en la sala “el Licenciado” y mientras camina hacia el estrado, se acuerda de todas esas veces que ha visto en CNN a Barack Obama cuando habla ante los medios en la sala de prensa de la casa blanca.  No tarda en componer su postura, evidentemente trata de alcanzar la estatura de Obama, no le interesa que sea al menos 15 centímetros más bajito, él ya lo logro y se siente como el Hombre más poderoso del mundo.
-Buenos días-  dice ante el micrófono, mientras trata de ajustarlo a la altura de su barbilla pero desafortunadamente el aparato ya no da para estirarse más, entonces desiste de su cometido y comienza a hablar, -Señoras y señores de los diferentes medios de comunicación, los he citado el día de hoy para dar a conocer un cambio que hemos venido planeando en esta administración desde que nos enteramos del trágico deceso del Ing. Don Lorenzo Zambrano, hemos decidido a manera de homenaje, nombrar a la avenida que hasta el día de hoy se le conocía como Constitución - Aquí es cuando varios reporteros se voltean a ver unos a otros con cara de “¿What?” –Av. Lorenzo Zambrano. –El Lic. Hace una pausa como esperando una ovación y continua –El cambio se oficializara en el mes de septiembre, mes de la patria, justo durante los eventos en conmemoración al aniversario de la fundación de la ciudad de Monterrey. Y estaremos contando para el corte de listón con la presencia de distinguidas personalidades del medio político y empresarial del estado, que pasen muy buenos días.
La verdad es que aquí aplica el dicho de que lo que es derecho no es chipotudo así que va de mi ronco pecho.
Entre los muchos mitos y leyendas urbanas de generación Nacional, se cuenta esa que dice que aquí en Monterrey hay pura gente “jaladora”, trabajadores que sin preguntar sacrifican salud, familia y tiempo de calidad por permanecer en el trabajo. Todo bien hasta ahí, pero como dije al principio este es solo un mito, ya cuando te metes a detalle te das cuenta que no son más ni menos trabajadores que sus odiados chilangos o los veracruzanos a quienes acusan de pueblerinos.
Sea como sea, los compañeros regios no se caracterizan por ser curiosos, lo que pase, pos que pase! Y lo que no, Pos no! y para las cuestiones del trabajo son exactamente iguales, si les dicen que todo lo que tienen se lo han ganado como fruto de su trabajo pero gracias a la generosidad del dueño del negocio o empresa para que laboran, se la creen y entonces sienten que quedan en deuda con los patrones y ahí es cuando empieza la pleitesía al patrón.
Imágenes del tátara-tatara abuelo fundador que pasó la estafeta al hijo y de ahí hasta el infinito se pueden encontrar en todo negocio de Monterrey que se jacte de ser un negocio de “tradición”
Y bueno, puede ser razonablemente justificada esta adoración a los dueños del dinero si esta se mantuviera de las puertas del negocio para adentro, pero esta tiene que salir, invadir espacios públicos siempre con la justificación de lo ancho que podían abrir sus carteras estos dueños de negocios en la ayuda a su comunidad. (Que para eso de las revisiones de aumentos salariales ni siquiera se presentaban) claro que nunca será suficiente la ayuda, pero se agradece, en serio gracias, ¿pero al grado de poner su nombre a una calle? No estoy tan seguro.
Por qué no? bueno, permítanme poner como ejemplo a los magnates del país vecino del norte, se imaginan  a Bill Gates con calles a su nombre por todo Seattle? No lo creo, por más que sea un reconocido filántropo, si Bill Gates quiere que un estadio lleve su nombre o el nombre de su compañía tiene de dos sopas, o lo construye el y es de su propiedad o, paga lo necesario cada año para que así sea.

Entonces, será que Cemex de ahora en adelante, una vez que le cambien el nombre a la Av. Constitución, que al fin y al cabo ya nadie la usa, (la constitución, no la calle) ¿se hará cargo de los mantenimientos necesarios para permitir el adecuado tráfico de autos y peatones? Eso sí estaría bueno, que los herederos de Don Lorenzo paguen.