Hoy Monterrey se despertó con la noticia de que gracias a los designios de los dueños de las rutas de camiones y a los "representantes" del pueblo (Diputados Locales y alcaldes de todos los municipios) fue aprobado de manera unánime, un incremento en el costo de las rutas de autobuses que cubren todo el estado.
Dejando de lado lo que es obvio, como la pésima calidad de servicio, las muy malas condiciones de las unidades, los malos tratos a los pasajeros por parte de los chóferes y las interminables vueltas con las que fueron trazadas las rutas y que representan horas (literal) para el traslado de un punto a otro relativamente corto, el incremento no solo resulta un insulto a la inteligencia sino un durisimo golpe económico para quien solo cuenta con ese medio para transportarse.
Cada vez que se "justifica" un aumento, me viene a la cabeza la idea del funcionario publico super enriquecido y quien por desconocimiento de la forma en que la gente tiene que sortear los gastos diarios para vivir, aprueba los elevados precios del transporte.
Seguramente pensaran que soy muy ingenuo al afirmar que el funcionario desconoce lo que tiene que pasar una persona que trabaja de afanador y que gana $750.00 pesos a la semana, pero permitan me aclarar que no es lo mismo saberlo que conocerlo, conocerlo significa haber experimentado en carne propia por todo lo que estas personas pasan para con ese sueldo puedan, transportarse por la ciudad, comprar comida, pagar la vivienda, y pagar los servicios básicos para sobrevivir en una ciudad (Olvídense de los servicios de "lujo" como teléfono y servicios de Televisión).
Me resulta increible que el mismo gobierno que golpea a los criminales a nombre del bienestar de la población, y ademas lo cacarea a cada momento, golpee a la población con estas medidas y los orille a buscar el sustento propio y familiar convirtiéndolos en criminales.
Si se tuviera que seguir una linea que fuera desde el punto de malestar en que se encuentra la sociedad en Monterrey hoy para conocer donde se origino el problema de inseguridad, criminalidad y brutalidad con la que se comportan muchos de los habitantes de Monterrey hasta en los mas elementales actos de civilidad como conducir un automóvil o hacer las compras en el super, seguramente terminaría en acciones como este incremento en le transporte en el pasado, ya que a toda acción corresponde una reacción de igual magnitud pero en sentido contrario. y esta ley de Newton al parecer, no la conocen los ciudadanos que hemos elegido para representarnos.
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