A riesgo de perder a 2 de mis 3 lectores, debo escribir hoy
sobre algo que me da vueltas a la cabeza desde los primeros días después del
suceso de Ayotzinapa, y que diablos, si no soy Adela Micha a la que se le nota
el miedo de decir algo “políticamente incorrecto” cuando realiza sus
entrevistas, sea a alguno de los padres de los desaparecidos o algún
“estudiante” a los que solo les falta recibir un premio por sus heroicos actos
de rebeldía.
No yo no, yo la verdad ya me canse, pero así sin #, sin
pensar que estoy haciendo algo bueno o malo según sea el caso, y es que fuera
de todos mis problemas que requieran o no terapia soy un usuario compulsivo de
las redes sociales, y como no serlo si son mi compañía en horas y horas de
salas de espera, mi compañía en el tráfico que avanza 10 centímetros cada 15
minutos (aquellos que laboran en ventas, saben a lo que me refiero)
Me canse por que inevitablemente como usuario de las redes
sociales se cruzan en mi camino toda clase de comentarios sobre el caso de los
estudiantes de la normal, muchos de estos comentarios lanzados con la malicia
de quien, a diferencia de Adela Micha o de un servidor les importa un carajo la
reacción de la gente, siempre y cuando esta reacción siga siendo alimento al
odio entre Mexicanos y sobre todo al odio a las instituciones y es que es fácil
alimentar estos odios desde la oscuridad del “anonimato” aunque cualquiera con
dos dedos de frente sabe realmente quienes son los responsables de alimentar al
monstruo.
He visto en los últimos días, que cada vez son menos los
mensajes “inocentes” aquellos que contenían a la rana rene o como
desafortunadamente solo la conocen las generaciones más jóvenes de México,
Kermit the frog o a alguno de los personajes pre cargados para los formatos de
Memes a los que solo les añades un texto y los mandas a circular, estos memes
que aun cuando no compartes las ideas que expresan logran en algunos casos
arrancarme una buena carcajada, demostrando una vez más el que tan llevado y traído
ingenio Mexicano no está para nada muerto. En su lugar, han aparecido mensajes
mucho más elaborados, con ese tipo de manufactura que solo un título de
diseñador gráfico o alguna carrera afín lograría como resultado y con
contenidos mucho más violentos de esos en que imperan las órdenes directas como
“No compres… NO veas…NO hagas…” o aún más elaborados, con instrucciones sobre
que decir si te dicen, o que escribir en tus redes para lograr tal o cual
objetivo.
Los “estudiantes” de la normal ya no son la razón, (seguramente
nunca lo fueron), cada vez se mencionan menos, o están ahí, como una
justificación a cualquier otra “sugerencia” de acción pero que nada tiene que
ver con la indignación general por su inhumano fin.
Ahora también se puede ver que se echa mano del recurso de
la indignación, el presidente, al que resulta imposible defender por
indefendible, se le ocurre sugerir que se supere el caso de los 43 estudiantes,
sugerencia que vista sin tomar partido, resulta lógica desde su posición y es
que no es un llamado a olvidar, es un llamado a superar el dolor, a resurgir más
fuertes del daño, México no se puede
resumir en un hashtag, es necesario que los Mexicanos continuemos, comencemos a
retomar lo que hacíamos antes de este hecho, por que como siempre he defendido, las redes sociales no son México,
no están ahí presentes ni la mitad de los Mexicanos pero es mucha gente la que dedica demasiado
tiempo en ellas como para dejar que no hagan otra cosa que llamar a la
insurgencia o a la in subordinación, eso ningún presidente tonto o demasiado
listo de algún partido podría dejar por más tiempo, simplemente ya es
demasiado.
Sin embrago y como si de repente todos de ser súper
determinados para algunas cosas, se vuelven como jarritos de Tlaquepaque para
otras, se plantea cualquier cosa y se indignan,
indignación mas que conveniente para algunos me queda claro, porque habiendo
tantas cosas por las cuales indignarnos desde hace mucho tiempo, han escogido
este momento y estos hechos para indignarse, sospechosísimo al máximo.
Y ya para terminar (por fin dirán algunos) de esos
indignados, un gran porcentaje alude al dolor de los padres que no han visto a
sus hijos, ni siquiera sus cuerpos sin vida, ese dolor no se le desea a nadie y
supongo que tampoco nadie que tenga hijos sabe lo que duele siquiera verlos
enfermos, pero esos que tanto se indignan no saben de dolor, son borregos,
imitadores, son los mismos que dicen indignarse con el dolor de otros pero al
mismo tiempo solo por filiación política exigen que no se done al Teletón, como
si el dolor de esos niños y sus familiares que SI SON REALES no existiera, por
ellos deberíamos marchar por que esto va más allá de dar NUESTRO dinero a la
causa que se nos pegue la gana, esto tiene que ver con ser solidario con todos
los Mexicanos y no solo con los familiares de los 43 desaparecidos.
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